A veces te odio y lo digo sin miedo. Y es que muchas veces te odio, aun sabiendo que te quiero. Te has convertido en la razón de mis desvelos. Te odio cuando con torpeza quiebras mi paz. Juro que hay veces en que no quiero verte más. ¿Y a ti qué te importa?, si tú eres un insolente. Lo que te falta de culto te sobra de inconsciente. Hay, ¡cómo te odio a veces!.
Y es que mi amor, no lo mereces. Eres un egoísta y de bondad careces. Pero igual que te odio, te amo sin intereses. Te odio con rabia con saña perniciosa. Te odio y por ratos no pienso en otra cosa. Y es que tu bastardo! eres el centro de mi mundo.
Eres el mejor de mis pecados y mi dolor más profundo. Si tan sólo pudiera olvidarte aunque fuera un segundo. A veces te odio y quisiera gritártelo en la cara. Ojalá que de una buena vez te largaras. Te odio porque no me amas como debieras, o simplemente no lo haces como yo quisiera. Si al menos por una sola vez me entendieras.
Te amo con intensidad, pero te vuelvo odiar. No sé cuando este dilema se va a terminar. Cuándo me cansaré de amarte, cuándo te dejaré de odiar. Esto ya se parece a la historia del nunca acabar.
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